Thursday, June 05, 2008

El No-Dolor


Yo no sabría explicar por qué
tu gesto, algunas veces,
es una espada limpia
que desgarra un mecanismo
que sólo nos duele a mi
y a las mañanas tenues del invierno.

Se clava en los extremos de mis alas.

Tu no-dolor detiene el mundo…
Estaciona el crecimiento de las flores;
envilece
las anacondas de mis manos.

Luego…
la transparencia de tu satisfacción
(que no roza, siquiera, mis heridas)
se va haciendo, sin que yo pueda evitarlo…
deliberadamente infinita,
demoledoramente infinita,
absurdamente infinita,
atronadoramente infinita,
imperceptiblemente infinita,
ensangrentadamente infinita,
infinita por dentro
de un diminuto grano
de distante recuerdo.



...........................................